Texto: Jhonatan Camacho
Fotografías: Wilinton Barco
En la población de San Millán en el estado
Carabobo ya hace unos 150 años se inicia la devoción al dia de Corpus Crhisti a través
de la bella tradición de los Diablos Danzantes, la cual desaparece por un lapso
de unos 20 años hasta reiniciarse en el año 1993 quedándose hasta nuestros días, felizmente para la cultura popular de nuestra patria. Dicha cofradía se
encuentra liderada o conducida por el Capataz mayor Florencio Serga, el primer
capataz Jhonatan Camacho y el segundo capataz David Bolívar quienes son los
encargados de la gran responsabilidad de mantener viva esta importante tradición
junto al resto de los diablos promeseros y hermanos del santísimo.
La tradición
se inicia un día antes del jueves de Corpus Crhisrti con el famoso velorio
donde se reúnen los diablos a rezar y ser bendecidos por el capataz Mayor para
luego iniciar los ensayos de la danza y el proceso de los actos de rendición ante
el Santísimo donde se hace a su vez un compartir entre los asistentes a dicho
velorio.
A la mañana siguiente día de Corpus Crhisti
los Diablos se levantan muy temprano para dirigirse al mar y bañarse en el
mismo como un acto de purificación bajo la tutela de los capataces para después
reunirse en su sede casa de los diablos y empezar el acto de desayunar y vestirse
con sus mejores galas de diablo. Hecho esto son nuevamente bendecidos y
contados respectivamente por los capataces y así iniciar su recorrido hacia la
iglesia donde harán sus ofrendas y actos de rendición ante el Santísimo.
Dirigidos musicalmente por el cuatro con ritmo de camino y las maracas de los diablos se presentan y entran a la iglesia para rendirse ante el Santísimo y florear sus maracas en agradecimiento mientras el cuatro da un sonido de rendición y así al salir de la iglesia iniciar sus recorridos por el centro histórico de Pto. Cabello y el Barrio de San Millán.
Dirigidos musicalmente por el cuatro con ritmo de camino y las maracas de los diablos se presentan y entran a la iglesia para rendirse ante el Santísimo y florear sus maracas en agradecimiento mientras el cuatro da un sonido de rendición y así al salir de la iglesia iniciar sus recorridos por el centro histórico de Pto. Cabello y el Barrio de San Millán.
























